Casi un tonto [Logan]

A mi historia aun le faltan muchas páginas que escribir. Era el primer día luego de las vacaciones de verano y estaba terriblemente ansiosa de ver a mis amigos y amigas. Y por más de que trataba de ocultarlo, también tenía ansias de ver a Logan. Volví al colegio. Tres meses de vacaciones habían pasado casi volando por delante a mis ojos. Bajé del auto y entre por la gran entrada donde había mucha gente hablando y poniéndose al día. Con mi cuaderno y mi bolso en la mano, corrí a mi clase y salude a todas mis compañeras. Menos a algunas, ustedes me entienden. Volteé para dirigirme hacia la clase de en frente pero una mano estiró mi brazo. Al voltear, mis ojos se conectaron con otros dos ojos que me miraban con profundidad.
— Em…, hola Logan—puse un mechón de cabello detrás de mi oreja y el sacó su celular del bolsillo.
— ¿me mandaste un mensaje alguna vez?
— Pues sí, pero no me ofendí porque no lo respondieras ni nada.
— Necesito hablarte de algo muy importante.
— Escúpelo—dije en forma simpática y despreocupada.
— Olvídalo—el volteó y yo intrigada agarré su brazo.
— ¿Qué sucede?, ¿Qué es tan grave?—el bajo su mirada para poder mirarme bien pues la leve diferencia de altura ya se empezaba a notar.
— Nada—volteó y me dejó allí. Parada. Pensando. Preguntándome por un año completo, que era lo que me iba a decir.
Desde ese momento nunca volvimos a hablar. No entendía que había hecho mal. ¿Era yo quien se había equivocado?, ¿fue él quien cometió el error? Nunca lo supe porque el idiota siempre escapó de mí.
Simplemente había dejado eso pasar por alto, porque retener cosas que me lastiman en mi corazón no era lo mío. Pero cada vez que lo miraba, no importaba que, tenía sentimientos muy fuertes. Demasiado fuertes debería decir. El había terminado de alguna forma con los “chicos populares” de la promoción y yo nunca fui de juntarme con ese tipo de gente. Soy de esas personas que no se preocupan por cuanta gente conocen sino por cuanta felicidad tienen. Soy una antisocial en potencia y orgullosa.

Ya estábamos cerca de mis quince años y en solo dos días iba a festejarlo como nunca. En realidad hoy era mi cumpleaños, pero decidimos festejarlo el viernes, en vez de en un miércoles.
Yo y mi mejor amiga estábamos juntas en mi casa cuando mi mejor amigo, Michael, llamó por teléfono a avisar que ya había llegado. Lucy y yo bajamos con emoción ya que el traía el disco de Demi Lovato que había estado esperando meses para tener. Cuando abrí la puerta lo que vi fue a Logan con una guitarra y a Mike recostado contra el auto mirando todo con una leve sonrisa.
Yo entorné mis ojos y lo miré directo a los ojos por unos segundos. Empezó a tocar una melodía que me parecía bastante conocida y cuando empezó a cantar simplemente mi emoción se derramó por mis ojos. Era mi canción favorita. Lucy sonreía al verme tan emocionada pero yo simplemente estaba que moría de amor.
— Logan, yo—interrumpí y el negó con la cabeza.
— Sh—sonrió y yo solo corrí hacia él y lo abracé.
— ¿Cómo supiste que esa era mi canción favorita?
— Creo que hablábamos demasiado en clases—replicó el entre risas y yo coincidí con él.
— Mi boletín mensual de conducta piensa lo mismo—me separé levemente y ambos unimos nuestras frentes—. Por cierto, cantas horrible.
— Gracias—se acercó a mí y unió nuestros labios haciendo que me sintiera la persona más feliz del mundo.
— ¿Por qué tardaste tanto?—dije entre besos.
— Porque soy un tonto.
— Pensamos lo mismo—dijeron Mike y Lucy levantando sus manos y todos reímos.
— Los tontos esperan tanto que pierden su oportunidad—dije defendiéndolo y el rió.
— Perdón por casi ser un tonto.
— No dije que venir en el momento correcto te hacia menos tonto. Eres un idiota—volví a besarlo—. Pero te amo…
— Yo… también—me abrazó con fuerza y yo sonreí.
— Pero si eres bueno tocando la guitarra.
— Gracias…